En esta oportunidad no se trata de las líneas de la mano, sino de reconocer síntomas que pueden esconder problemas de salud. Conocé de la mano de Cosmopolitan España ¿qué dicen tus manos de vos? ¡Aprendé a leerlas!
Las sientes demasiado frías
En estos meses es normal que se enfríen las manos, pero
si a ti prácticamente se te hielan (y también en verano las sueles tener siempre frías) podrías sufrir problemas circulatorios ¿Tienes además venitas en las piernas y telas de araña? ¿Eres de las que, en cuanto se da el más ligero golpe, le sale un moratón? Si es así, durante los meses de frío debes estimular la circulación de tus manos al máximo masajeándolas con un poco de alcohol (del de farmacia, claro) por la mañana y por la noche. Tres veces al día, ponlas bajo el grifo y alterna el agua fría con la caliente. Ejercítalas abriendo y cerrando los dedos y protégelas con una buena crema y saliendo a la calle, en invierno, con unos guantes puestos. Y ten en cuenta que los cambios hormonales de la regla afectan también a tus manos por eso, si tienes desequilibrios menstruales, su circulación empeorará.Tus dedos se quedan blancos
Y hasta azulados en cuanto baja mucho el termómetro. Además, los notas entumecidos y cuando los mueves (o entras en un sitio cálido), sientes un fuerte hormigueo. Todos estos síntomas podrían estar provocados por el llamado Síndrome de Raynaud, un problema más habitual de lo que parece y que sufrimos más las mujeres que los hombres. También está conectado con la circulación y lo producen los cambios bruscos de temperatura: al pasar de un lugar frío a otro caliente (o al revés), los capilares se contraen de golpe, los dedos se ponen blanco-azulados y la mano se entumece porque casi se queda "sin sangre". Luego, cuando la circulación se normaliza, surge el hormigueo. Es un síndrome que dura solo pocos minutos, por eso si se alarga o se repite muy a menudo, debes consultar con tu médico. ¿Y cómo puedes paliarlo?
Protegiendo tus manos del frío hasta con dobles guantes: ponte uno de lana fina que se ajuste a tu mano y encima otro modelo forrado con piel.
A menudo sufres descamaciones
Si notas la piel de tus manos tan tirante que hasta te duelen, cada dos días se te descaman y en los meses más fríos hasta te sale alguna pequeña grieta, es que sufres una aguda deshidratación cutánea que ha sensibilizado demasiado la piel (es bastante normal en mujeres con pieles secas). Por eso necesitan un extra de crema hidratante (dátela tres veces al día hasta que los síntomas desaparezcan). Además, debes protegerlas, tanto con guantes al salir a la calle, como usando unos de goma siempre que uses tintes o productos de limpieza. Y tienes que hidratarlas también desde dentro, bebiendo más agua, infusiones o calditos
Tienes las palmas muy rojas
Lo normal es que se trate de un eccema producido por una reacción alérgica a algo que hayas tocado (desde bisutería hasta plantas, jabones, colonias, productos de limpieza...). Si en unos días no desaparece, debes acudir al dermatólogo o al alergólogo pues corres el riesgo de que se convierta en un problema crónico y tengas brotes cada cierto tiempo (que suelen empeorar en épocas de estrés). Y si estás tomando antibióticos, ten en cuenta que también podría ser una reacción provocada por ellos, aunque en estos casos, la irritación de la piel suele poner roja toda la mano y no solo las palmas. Eso sí, no te apliques por tu cuenta ninguna pomada, sin saber con certeza lo que tienes.
Notas los dedos hinchados
¿Estás comiendo con demasiada sal? ¿Te encanta el picante y últimamente has abusado de él? ¿Bebes poca agua y vas poco al baño? Si es así, puedes sufrir una retención de líquidos que se acumula en tus dedos, así que debes beber más, recortar la sal y también el picante. Vigila si esta hinchazón te ocurre solo los días anteriores a la regla, porque entonces se debe al síndrome premenstrual. Si a pesar de equilibrar tu aporte de líquidos, tus dedos continúan hinchados, coméntaselo al médico: podría tratarse de un problema de hipotiroidismo.
Te salen bultitos blandos
Pueden ser quistes llenos de líquido (benignos, eso sí) que se forman en los tejidos blandos de manos y muñecas. No duelen y lo normal es que desaparezcan por sí solos (masajearlos te ayudará a que se disuelvan antes). Pero si pasado un tiempo, ves que no solo no se te quitan sino que se hacen más grandes y duros, tienes que acudir al médico, pues podrían terminar por dañarte algún tendón, músculo o vaso capilar.
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